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La piratería

Posted by alejandrojrico On sábado, 22 de junio de 2013 0 comentarios
Ya sabía yo que iba a terminar hablando de esto...

Es habitual el abuso del término piratería, a menudo de forma peyorativa, para referirse a las copias de obras sin el consentimiento del titular de los derechos de autor. El uso de la expresión piratería para referir a las copias no autorizadas es una exageración que pretende equiparar el acto de compartir con la violencia de los piratas de barcos, criminalizando a los usuarios. Hasta la propia definición está en entredicho: descargas ilegales, acceso libre, intercambio, actividades extramercado, etc.





Es evidente que existe un mundo anterior al surgimiento de internet, y otro completamente distinto después de su aparición, negar esa verdad absoluta, objetiva, es querer taparse los ojos con una venda. Todo ha cambiado, incluidos los hábitos de visionado de los espectadores, y no querer verlo, o aferrarse a modelos antiguosy ya superados, solo conduce al harakiri empresarial, a la inmolación de todo un sector.  La afirmación de que la piratería es la causa de la crisis del cine como negocio, de que la gente no acuda a las salas, no se sostiene por ninguna parte. Empecemos:

¿Por qué la gente ha dejado de ir al cine?


Las razones por las que la gente ha dejado de acudir a los cines son muchas. Antes de internet acudías a ciegas a las salas y te tragabas lo que te encontrabas en la cartelera, como el gasto tampoco era exagerado, las habituales decepciones no se convertían en una tragedia económica. Con internet, el abanico de posibilidades se abrió a lo bestia. Aunque fuera de rebote, tenías a tu disposición una hilera de películas haciéndote ojitos, y “gratis” (tener uno de los accesos a internet más caros del mundo y hablar de gratuito es un chiste de mal gusto).

Entonces pepito grillo iniciaba una encarnizada batalla contra mi mismo. Esta titánica lucha interna duraba lo que tardaba en bajarse la película o, en mi caso, ni eso. La moral para los que tienen dinero para permitírsela, el resto sobrevivimos, reasignamos nuestros precarios recursos como buenamente podemos, y buena parte de los españoles llega a final de mes con flato, echando el bofe.

¿Por lo tanto los pobres tienen que renunciar a la cultura cinematográfica? ¡Y una mierda! Que la cultura la paguen los que puedan hacerlo, o que la pongan a precios razonables, que cuando lo hacen las salas se llenan. Solo hay que ver las colas que se montan en casi todos los Festivales cuando los precios son de 2,5 o 3 euros. El resultado sería que las Salas se llenarían, tirando también de la Hostelería, de la Restauración, con un menor margen de beneficio para el empresario, que probablemente, seguramente, sería compensado con el aumento exponencial de público en taquilla.

La economía es una de las causas, pero no la única. Como por ejemplo la progresiva sedentarización de la sociedad, la gente cada vez sale menos de su casa para realizar actividades sociales, de ocio, algo comprensible en el caso del cine, ya que la comodidad de las salas suelen dejar mucho que desear, y también el respeto de los demás espectadores. Si a todo esto le sumamos el boom de las series (las mejores historias ya no se ven en los cines) y el hecho de que la cartelera actual la mayoría de las veces da vergüenza ajena, es fácil comprender el porqué de la huida masiva de las salas.

Conclusión: El fin de las salas como principal medio de visionado de una película es un proceso irreversible, que con los años, será una actividad retro, como la de leer libros en papel o escuchar discos de vinilo, únicamente un capricho para nostálgicos.

Pequeñas falacias...

  • No se puede comprar todos los cds, pero sí habría que comprar alguno de vez en cuando. ¡Venga ya! Pues nada oye, no podéis pagarme 1€ cada vez que entréis al blog pero si tendríais que pagarme 1€ de vez en cuando. 

  • Si el artista te pide que compres su cd es una falta de respeto no hacerlo. Si te bajas un álbum, te gusta, lo recomiendas por internet, lo recomiendas a tus amigos, estos a su vez se lo recomiendan a otros y el boca a boca hace que el artista sea más conocido y llene salas… es una falta de respeto del artista no saber valorar todo lo que le has ayudado.

La gran falacia: "Cada descarga es una pérdida para el autor"


Yo siempre he dicho que los que más descargamos contenido de la red, somos los que más compramos. Siempre hablando del usuario, cuando se roba, se está privando a alguien del objeto, cuando se copia, no.

El único daño de la piratería sería la falta de percepción económica por parte de la empresa, pero esto no es directamente proporcional, es decir, si se acabase la piratería hoy mismo, no significa que todo el mercado negro pasaría al original, la mayoría de los que copian es porque de todos modos no iban o no podían comprarlo.

Si se acaba la piratería, una parte muy pequeña pasaría al mercado original, el resto seguiría sin poder adquirir el producto de ninguna manera. ¿Hasta qué punto esto beneficia a las empresas? ¿Venderán un 5% más? Al costo de perderse la difusión gratuita de su producto sin pagar un duro en publicidad. Menos gente que conozca el título, menos que lo difundan, menos que lo terminan comprando.

¿Y cómo no hablar del precio? En esto sí que se pasan. ¿Cuántas películas puedes permitirte al mes con esos precios? Es que es imposible. Y no me vengan con que necesitan cobrar eso, un amigo de economía me mostró una gráfica bastante conocida en ese ramo, donde por cada centavo que se baja el precio de un producto, los compradores aumentan exponencialmente. Pero las empresas no son tontas, ya conocen ese gráfico, lo que me explica mi amigo es que también les conviene vender poco y caro, que mucho y barato, así tienen menos gasto en producción, menos distribución, menos atención al cliente, ganan menos pero se evitan complicaciones.

  Os pondré un par de ejemplos. Según tenemos entendido, ahora se piratea mas software que nunca, pero por otra parte, las cifras indican que también se venden mas videojuegos originales que nunca.

  Otro ejemplo; Los costes de producción de un videojuego son infinitamente superiores ahora que hace veinte años, compitiendo el desarrollo de un juego triple AAA con las superproducciones mas caras del cine, en cambio los costes de fabricación, distribución, y comercialización del producto son muchísimo menores.  De igual forma la esperanza de vida útil en ventas de un juego es mucho mas amplia (solo hay que visitar cualquier store digital para comprobarlo).

  Según datos de 2010 las copias piratas representaron el 70 por ciento del total del software que se distribuyó ese año en España. Lo que evidentemente afecta a las ventas de originales, pero seamos sinceros, ese enorme porcentaje de usuarios que no pagó por el producto, ¿Pagarían por él en caso de no existir la piratería? Definitivamente, la mayoría no. Por lo tanto no podemos deducir las ventas reales si la piratería cesara mañana. Creer que se incrementarían en un 70% es creer un poco en las hadas...

Nunca me he creído las cifras aberrantes que asociaciones, gremios y federaciones de editores airean sobre el supuesto daño en millones de euros que la piratería ocasiona a la industria del libro. En cambio sí he creído que durante los últimos años no han sabido adaptarse a los tiempos, y que ahora lo están haciendo tarde y mal. Ya nadie duda del fiasco de Libranda, ni de los precios prohibitivos que siguen teniendo los libros en formato electrónico, por no hablar de su IVA desfasado. Es inexcusable que, por ejemplo, la última novela de Carlos Ruiz Zafón cueste 22,90 € en papel y que en e-book cueste... ¡un momento! ¡Por más que la busco no aparece a la venta en formato electrónico en ninguna tienda aún! ¿Es que se piensan que esto es como el cine, que la versión en e-book es como el DVD y tiene que salir meses después? 

En definitiva, yo me remito al informe de la comisión europea. Enésimo y fuerte golpe en las narices a aquellos que defienden que el intercambio de contenidos en la Red influye de forma negativa en las ventas de productos culturales y de entretenimiento. Por un lado se corroboró que la mayoría de la música consumida "ilegalmente" no hubiese sido comprada si las webs "piratas" no hubiesen estado disponibles. Por otro, se advirtió que los servicios de streaming musical sirven de estímulo para que los usuarios acudan al pago por contenidos. Por todo ello señalan que "la piratería de música digital no debería ser vista como una preocupación para los propietarios de los derechos de autor, ya que además, nuestros resultados indican que nuevos métodos de consumo como el streaming de música afectan positivamente a éstos".

Al final nos terminamos olvidando de una parte muy importante: El eslabón más débil de toda la cadena es el creador. La industria justifica en su nombre las presiones al Gobierno para erradicar la piratería; sin embargo, en muchas ocasiones, es la parte de la cadena de valor que menos dinero se lleva. Los creadores tienen derecho a “intentar” vivir de sus obras, pero en ningún lugar está escrito que el solo hecho de crear algo otorgue el derecho a que esa creación se convierta en sustento, medio de vida.

Los sistemas anti-copia

Ciertas compañías y de manera indiscriminada despliegan una especie de guerra sucia contra los piratas creando sistemas que en ciertas ocasiones acaban molestando más al usuario que paga, que al que descarga sin pasar por caja. Usar este tipo de tácticas de nula eficacia pero de un nivel de pesadez contrastado, acaba casi otorgando un cierto grado de justificación moral a las medidas que surgen de la scene para suprimirlas.

Obviamente, una compañía tiene derecho a querer cobrar por su trabajo aplicando las medidas que considere oportunas para alcanzar este fin. Del mismo modo si te empeñas en atacar a tus clientes con tus medidas oportunas y estas son absurdamente molestas e incluso a veces eticamente dudosas, quizás tus clientes acaben preferiendo descargar tus productos tan solo por joderte a ti y a tus medidas. Sin ir mas lejos ayer tuve que parchear mi Command & Conquer IV original, para poder estrenarlo, ya que por algún motivo la página oficial no me dejaba dar de alta el producto online. Esta vida loca loca y su loca realidad.

Un buen ejemplo es la implementación de sistemas como el DRM (gestión de derechos digitales) o sistemas anticopia está lastrando el desarrollo de la edición digital. La industria editorial, al igual que lo hizo la música (y fracasó), está promoviendo el uso de estos sistemas de protección para evitar que los usuarios compartan los libros. Es decir, si accedo a la oferta de libros de las editoriales compro un archivo defectuoso que no podré compartir con nadie, pero si accedo a la oferta extramercado, me “llevo” un archivo que puedo compartir y que no tiene ninguna de las limitaciones de uso que la industria impone a quien ha pagado por el libro. Por no mencionar las dificultades añadidas al proceso de compra en algunas plataformas de venta de libros electrónicos.


Ética

Teddy Bautista, presidente de la SGAE hasta 2011, dijo: "El problema de la piratería no es un problema de la industria. Es un problema de la sociedad, de la quiebra de unos valores morales que hay."  Hoy en día, este hombre ha sido detenido por  desvío de fondos, societario, apropiación indebida y administración fraudulenta. ¿Y este hombre se digna a darnos lecciones de moral?


Cuando la industria del entretenimiento describe el problema del copyright como un tema moral en vez de un asunto económico, lo que intenta es simplemente manipular a la opinión pública y a los responsables políticos para que favorezcan sus propios intereses.

Empecemos por el principio: ¿es violar la propiedad intelectual robar como roba un pirata? No. Esto es muy obvio una vez que se piensa un poco. Hay que distinguir entre los bienes rivales y los bienes no rivales. La diferencia se fundamenta en si el uso del bien por un agente económico impide a otro agente usarlo al mismo tiempo: si la respuesta es que sí, es un bien rival, si la respuesta es no, no lo es.

Pensemos en una camisa: si yo me pongo una camisa, a la misma vez usted, querido lector, no se la puede poner (al menos que queramos hacer una escena de película de los hermanos Marx). En comparación, si yo estoy utilizando el teorema fundamental del cálculo, no impido a nadie que también lo use. Los 7000 millones de seres humanos podemos estar empleándolo a la misma vez y no pasa nada. Por ello, cuando yo le quito una camisa a mi vecino, le impido que la pueda seguir empleando.

Cuando yo le copio a mi vecino su libro de mecánica cuántica, no impido que él lo pueda seguir usando. Por tanto, el bien bajo propiedad intelectual no me lo estoy apropiando.

El copyright no es un derecho moral para recibir beneficios. El copyright es una legislación de tipo económico. Puedo comprar un CD usado y revenderlo sin pagar de nuevo a la industria. Puedo ir a una biblioteca pública y leer un libro sin pagar por él a la industria. Ninguna de estas cosas es ilegal o inmoral.

En cambio, si un artista grabó una canción en los años 1930s y ha estado muerto por 50 años, aunque nadie sepa de quién son los derechos de la obra, nadie puede copiarla. ¿Cuál es la ética de eso? O cuando una radioemisora puede elegir la música que emite libremente, pero tiene que negociar discográfica por discográfica y poco menos que canción por canción cuando emite por internet. ¿Cuál es la ética de eso?

Mientras tanto, la industria del entretenimiento puede sentarse a la mesa con legisladores y manipularlos para que la legislación les beneficie directamente. Por otro lado mediante ejercicios de contabilidad creativa pueden declarar, como han hecho con el Regreso del Jedi y muchas otras películas, que no pueden repartir ganancias entre los actores porque las películas todavía no arrojan beneficios. ¿Cuál es la ética de eso?




Terminaré el artículo con una de mis citas favoritas para este tema:

"Debería haber un gran almacén de arte en el mundo al que el artista pudiera llevar sus obras y desde el cual el mundo pudiera tomar lo que necesitara."       
                                                        Ludwig van Beethoven 








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